La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural ha impartido en Tomelloso un curso de formación específica centrado en tres herramientas clave de la gestión agraria: el Sistema de Información de las Explotaciones Agrarias (SIEX), el Registro Digital de Explotaciones y el Cuaderno Digital de Explotación. El objetivo ha sido mejorar la capacidad de las explotaciones para registrar y compartir su información técnica de forma homogénea y fiable, en línea con la creciente digitalización del sector.
La sesión ha abordado el uso práctico de estas plataformas para manejar datos de la explotación y su actualización, con especial atención a los requisitos documentales y a la estructura mínima de la información que deben custodiar agricultores y ganaderos. La formación se ha desarrollado en la localidad ciudadrealeña, un núcleo con fuerte actividad agrícola y agroindustrial.
Estas herramientas permiten ordenar la información de parcelas, cultivos y censos ganaderos, así como registrar labores y operaciones relevantes para la trazabilidad. El refuerzo de competencias digitales apunta a un manejo más ágil de los expedientes y a facilitar la interacción con la administración en procedimientos habituales.
Herramientas clave para la gestión
El Sistema de Información de las Explotaciones Agrarias es una plataforma estatal que integra datos básicos y productivos de las explotaciones. Su finalidad es disponer de una visión estructurada y actualizada del sector para mejorar la gestión pública y la trazabilidad en la cadena de suministro. La conexión de la información en un único sistema reduce duplicidades y ayuda a mantener los expedientes coherentes.
El Registro Digital de Explotaciones ordena y acredita la información identificativa y técnica de cada explotación. Permite mantener al día cambios en superficies, orientación productiva o titularidad. La actualización correcta del registro es la base para cualquier trámite posterior, desde autorizaciones hasta comunicaciones obligatorias.
El Cuaderno Digital de Explotación, por su parte, recoge de forma electrónica las operaciones realizadas en la finca o la explotación ganadera. Incluye labores, riegos, abonados y uso de fitosanitarios, entre otros. Su adopción facilita la consulta rápida de la información, la preparación de inspecciones y el seguimiento del manejo integrado de plagas (MIP), además de mejorar el control interno de costes y rendimientos.
Aplicación práctica en la explotación
La formación ha puesto el foco en procedimientos básicos para registrar información con criterios uniformes. Esto abarca la identificación de parcelas y recintos, la descripción de cultivos o aprovechamientos y la anotación sistemática de operaciones de manejo. Una estructura de datos consistente favorece comparativas de campaña y análisis técnicos sin necesidad de rehacer registros.
El encaje entre SIEX, registro digital y cuaderno permite que la información fluya de forma más coherente. La explotación documenta sus operaciones en el cuaderno, consolida su realidad productiva en el registro y dispone de una referencia única en el sistema de información. Esta alineación reduce errores y facilita la verificación de la actividad declarada.
Para el día a día de la explotación, la digitalización ayuda a localizar documentación, responder a requerimientos administrativos y demostrar buenas prácticas. La disponibilidad de datos en formato estructurado también respalda decisiones de manejo y la planificación de la campaña siguiente.
Un impulso a la digitalización agraria
La Consejería ha orientado esta capacitación a fortalecer la gestión documental de las explotaciones y a extender el uso de herramientas digitales en el medio rural. La coordinación entre registros y cuadernos digitales avanza hacia un ecosistema de datos más consistente, con beneficios en trazabilidad, control de insumos y calidad de la información.
En un contexto de modernización de procedimientos y de mayor exigencia en el seguimiento de prácticas agrarias, la formación técnica se vuelve decisiva. La adopción de estas herramientas no solo simplifica trámites, también mejora la capacidad de la explotación para demostrar lo que hace, cuándo lo hace y con qué resultados.



